Escritores, Yersey Owen

¿Por qué nos cuesta tanto decir que somos escritores?

No sé si solo me pasa a mí o le pasa a alguien más. Supe que me gustaba escribir cuando era niña. Pero no el mero hecho de representar ideas o palabras mediante letras, sino comunicar y transmitir a través de ellas. Me daba igual lo que fuera: crónicas de partidos de fútbol, noticias, poemas, relatos, canciones… el caso era escribir sobre algo y contarlo; llegar a alguien con mis palabras. Pero, ¿por qué me costaba tanto decir que me gustaba escribir? ¿Por qué me costaba decir que era escritora?

Orgullosos, pero en la sombra

Hace unos años, cuando internet no estaba al alcance de todo el mundo y muy pocos eran los que formaban una pequeña comunidad en MySpace y más adelante en la Blogosfera, plasmábamos nuestros pensamientos en forma de opinión, poema, relato o una historia; pero en la mayoría de los casos, lo hacíamos bajo seudónimos (algunos aún lo hacemos como marca personal). Más allá de éstos (que nunca han sido algo negativo), son muchos los que ni siquiera se lo cuentan a sus padres, hermanos o amigos. Pero, ¿por qué? ¿Por qué ocultarlo? Que a uno le guste la literatura, sea del género que sea, y que le guste plasmar sus inquietudes en forma de relato, poema o novela, no tiene que ser algo vergonzoso. ¿O acaso los cantautores no las plasman también a través de sus canciones? ¿O los demás con el resto de sus aficiones?

Quizá una de las razones principales por las que nos cuesta tanto decir que somos escritores es la temida comparación y las preguntas que la preceden

Personalmente, me resulta contradictorio tener una afición (o una pasión), algo que adoras hacer y que hacerlo te hace sentir bien, y tener la sensación de que no puedes compartirlo con los tuyos. Y, sin embargo, nos lanzamos a Internet para que un puñado de desconocidos que tal vez más adelante se conviertan en cientos lean lo que escribimos. Y pasado un tiempo, quizá cuando creemos tener las pruebas suficientes de que lo que hacemos está bien y es bueno, lo revelamos a nuestro círculo más cercano. Pero voy a contaros un secreto: siempre fue algo bueno y siempre ha estado bien. No hay de qué avergonzarse.

Las comparaciones son odiosas

Quizá una de las razones principales por las que nos cuesta tanto decir que somos escritores es la temida comparación y las preguntas que la preceden. En el caso de las novelas (hablo por experiencia propia), en cuanto se empieza a mencionar de qué trata la novela, el oyente interrumpe con: “¡Ah! Cómo las novelas de…, ¿no?” cuya respuesta es un rotundo “No”; o con la típica “¿Eso no está muy visto, ya?” y pones cara de circunstancia intentando reprimir esos pequeños instintos asesinos que salen cuando alguien no entiende lo que quieres decir o contar; o directamente cuando hacen bromas al respecto y te miran con rareza, dándote la sensación de que no te están tomando en serio.

La gente fuera del mundo literario apenas conoce el trabajo, la dedicación y el esfuerzo que supone escribir un relato o una novela (¡y ya no digamos una saga!)

Quizá el error sea nuestro por no saber muy bien cómo resumir nuestra novela o hablar de ella sin revelar spoiler (¡Sí, la frustrante sinopsis!), o por sonrojarnos cuando hablamos de nuestro trabajo de escritores y no hacerlo con firmeza y convicción. Pero, ¿por qué parece que si decimos que somos escritores tenemos que esforzarnos más que si nos dedicásemos a otro ámbito? Por ejemplo, si un músico dice “Yo toco la guitarra” o “Yo compongo canciones” la respuesta suele ser “¡Qué guay! ¿Dónde puedo escucharte?”. A los escritores rara vez nos dicen a la primera “¿Dónde puedo comprar tu libro?” o “¿Dónde puedo leer lo que escribes?”. Quizá a los músicos también les comparen cuando dicen el tipo de música que hacen, pero solo una vez que los han escuchado. No suelen compararlos ni prejuzgarlos antes como ocurre con los escritores (que alcen la voz si hay alguien en esta sala).

Mea culpa

Reconozco que me sigue costando hablar de mi perfil de escritora. Que, aunque lo siento con orgullo, no lo proclamo a los cuatro vientos y me sigue dando vergüenza hablar sobre la saga de fantasía que estoy escribiendo. Y odio que me pase esto, pero me pasa.

La gente fuera del mundo literario apenas conoce el trabajo, la dedicación y el esfuerzo que supone escribir un relato o una novela (¡y ya no digamos una saga!), y quizá sea nuestra responsabilidad (la de los escritores) poner en valor dicha entrega en lo que hacemos.

¿Qué hay de vosotros? ¿Os cuesta decir que sois escritores?

10 comentarios en “¿Por qué nos cuesta tanto decir que somos escritores?”

  1. ¡Hola, cielo! Pues sí, a mí al principio también me costó muchísimo. Sobre todo porque no me di cuenta de que era escritora hasta que con 17 años ya tenía una novelita de 140 páginas en SafeCreative y varias decenas de poemas. Tal vez porque nunca me había planteado ser escritora, siempre había escrito y punto porque me resultaba casi tan natural como respirar. Pero en general estoy muy de acuerdo con todo lo que has dicho, sobre todo con la comparación con los músicos. Pero supongo que es normal, ¿no? En todos los medios de comunciación (radio, televisión, vallas publicitarias…) es más normal que se escuche o muestre música, canciones y cantantes que libros, audiolibros y escritoras/es. Una sociedad que indirectamente (MUY DIRECTAMENTE) no apoya la literatura, sobre todo amateur, da como resultado esto que comentas.
    El caso, que ya estamos todos bastante hartos/as de tener que escondernos y esconder nuestras historias. Si alguien no entiende el esfuerzo que implica inventar, planificar, escribir, crear, revisar, reescribir, rerevisar, editar, (auto)publicar, marketing… pero para él que no sabrá valorar un hermoso tesoro como es un libro.
    ¡Un abrazo y buena reflexión!

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Es cierto que en la Literatura está infravalorada y, aunque no debería ser así, es una realidad que debe cambiar poco a poco. Y eso es algo que debe empezar por nosotros mismos, los escritores. Aunque también es verdad que cada vez más (al menos lo que yo he notado) hay más jóvenes interesados (booktubers, bookstragramers, reseñeadores…).

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  2. No sé, yo no he tenido esa experiencia. Siempre he sido escritora, siempre lo he dicho abiertamente y opté por firmar con mi nombre incluso en un género saturado de pseudónimos anglosajones jaja.
    Lo de los músicos, sí, eso está claro. Pero ten en cuenta que oír música es como ver la tele, no supone ningún trabajo, te dejas llevar. Leer, sí. Leer implica un esfuerzo intelectual que no todos están dispuestos a hacer o entrenados para hacer.
    También, en un mundo sobre-saturado de publicaciones, los pocos lectores auténticos que quedan (hoy en día, parece que todo Dios es escritor o se dispone a serlo ;DD) deben estar aterrados, huyendo de tantos autores que han venido a hablar de su libro. ;DDDD
    En fin, es el mundo literario que nos ha tocado sufrir. Nosotras,a lo nuestro. Y nunca te avergüences de ser escritora, cielo. Hay cosas que se llevan en la sangre y no pueden evitarse. Abrazos! ;DDD

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    1. Tienes toda la razón. La cantidad de escritores y el miedo de algunos a salir, por decirlo de algún modo, a la palestra, y quedarse en el olvido aunque sean muy buenos, es un punto a resolver. En el fondo, yo también me he sentido escritora pero, en algunas ocasiones he tenido la sensación de tener que justificarlo, y no me gusta nada. Hay que seguir trabajando en ello. 🙂 Muchas gracias por aportar tu experiencia, siempre es un placer 🙂

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