“El Señor de los Libros” no es aquel que acumula decenas o cientos de libros en sus estanterías; ni tampoco aquel que ha escrito una cantidad incontable de ellos. No. No me refiero a John Ronald Reuel Tolkien, más conocido como J. R. R. Tolkien, y que es el gran creador del mundo ficticio de “El Señor de los Anillos”. “El Señor de los Libros” es José Alberto Gutiérrez, de quién, probablemente, esta sea la primera vez que oyes hablar.
José Alberto Gutiérrez es un colombiano de 55 años que conduce un camión de recogida de basura en Bogotá que, desde hace más de dos décadas, rescata libros de entre los residuos para que sean reutilizados en bibliotecas, escuelas y centros de lectura de todo el país. Pero esta hazaña no es el único motivo por el que se ha ganado este innegable título, ha sido reconocido como “Héroe de la ciudad” por su vida dedicada a sacar el máximo provecho de los libros y evitar su desperdicio, así como por el fomento de la escritura y la lectura.
El Señor de los libros rescata libros de entre los residuos para que sean reutilizados en bibliotecas, escuelas y centros de lectura de todo el país
“Ana Karenina” de Leon Tolstoi fue el primer libro que rescató hace 21 años y, desde entonces, no ha dejado de darles una nueva vida a todos los libros abandonados que ha ido encontrando por su camino. Tal fue su compromiso que montó una biblioteca en su domicilio llamada “La fuerza de las palabras” (el nombre no podía ser más acertado), que operó durante 16 años ayudando a cientos de niños del sur de Bogotá con falta de recursos, hasta que donó toda la riqueza literaria que había conseguido en las calles a otras zonas necesitadas.
Para El Señor de los Libros, la lectura es el símbolo de la paz y la esperanza en su país. “Si a mí un libro me cambió la vida, imagínese el impacto de un texto en uno de esos lugares que ha sido víctima del conflicto armado y del olvido del Estado”. Y con este pensamiento, José Alberto Gutiérrez me ha ganado; porque siempre he creído que la literatura es capaz de lograr cosas inimaginables y a mí me ha dado mucho.
Fuente: iResiduo.