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Publicar un libro: ¿Autopublicación, autoedición, coedición o edición tradicional?

Personalmente, nunca he publicado una novela con una editorial (sí relatos dentro de antologías), pero tengo una larga experiencia de “casis” que avalan mi decisión de autopublicar mi saga de fantasía. Eso sí, no fue una decisión tan fácil como parece y, antes de optar por la autopublicación, es necesario conocer los pros y contras de todas las opciones que un escritor tiene a la hora de publicar su obra.

Autopublicación versus Autoedición

Los términos autopublicación y autoedición, son usados a menudo indistintamente para referirse al autor que decide publicar su obra sin una editorial detrás. Pero son dos cosas distintas. Es más, si «publicar» y «editar» no son lo mismo, ¿por qué cuando se añade el prefijo «auto-» («autopublicar» y «autoeditar») sí lo son? La respuesta es muy sencilla: siguen sin ser lo mismo.

Si acudimos al Diccionario de la Real Academia Española, entre las definiciones de «publicar» está:

  1. Difundir por medio de la imprenta o de otro procedimiento cualquiera un escrito, una estampa, etc.

Y si consultamos el término «editar», encontramos:

  1. Preparar o dirigir la publicación de un texto, una revista o un libro, cuidando de su forma y su contenido y añadiendo en ocasiones notas o comentarios.
  2. Hacer, por medio de un procedimiento de reproducción, múltiples copias o ejemplares de una obra escrita, de un disco, de un vídeo, etc., y ponerlos a la venta para su difusión.

Con esta premisa, podemos decir que en la autopublicación, el autor se ocupa por sí mismo de la publicación de su libro, a través de cualquier medio, para su posterior comercialización, pero recurre a otras personas para determinados procesos de la publicación de una novela (como la corrección, la maquetación o el diseño de la portada). Por el contrario, en la autoedición el autor realiza sobre su obra las tareas propias de un editor (corrección, distribución, maquetación, diseño de portada, etc.

[INCISO]: Estoy cansada de escuchar o leer que cuando uno se autopublica (y especialmente se autoedita), la calidad de la obra es mala: que si tiene fallos, que si está mal maquetada, que si la portada es horrible… quizá algunos de estos puntos sean frecuentes, sobre todo si hablamos de la corrección, pero no es algo que suceda siempre y no es algo que le quite siempre calidad al contenido. A veces este tipo de errores también se dan con editoriales tradiciones y/o un grupo de profesionales detrás. ¿Quién no ha visto novelas con argumentos malos (incluso denigrantes), o con portadas espantosas, que plagan las estanterías de las tiendas y vendes miles de ejemplares? (La magia del marketing, supongo).

Edición versus Coedición

Si bien a menudo los dos términos anteriores son confundidos por los escritores, algunas empresas también usan el término «coedición» como si el prefijo «co-» no existiera, es decir, como si se tratara de una «edición» , para confundir a algunos escritores. Porque sí, querido lector y/o escritor, también hay que saber diferenciar entre una editorial de edición tradicional y una empresa de servicios editoriales.

En la edición, la editorial corre con todos los gastos necesarios para publicar la obra, es decir, es la que hace la inversión de la obra de un autor y todo el trabajo de editarlo, maquetarlo y diseñar una portada, así como de la distribución y promoción. Vamos, que el autor solo tiene que escribir su obra y darle la promoción por su cuenta que considere. Por otro lado, el modelo de negocio de la coedición es ofrecer al autor llevar todo el proceso de corrección, maquetación y portada del manuscrito previo pago por dichos servicios.

[INCISO]: A menudo una empresa de servicios editoriales se presenta al autor como una editorial tradicional. Grábate esto a fuego si quieres publicar tu obra: si en algún punto del contrato tú como autor tienes que pagar, se trata de una coedición.

Autoeditar, autopublicar, coeditar y edición tradicional: ¿Cuál es la mejor opción?

Una vez que se tiene claro la diferencia entre estos cuatro modelos de publicar una obra, toca hacer una lista de pros y contras de cada una de ellas. Y aunque la respuesta de cuál es mejor y cuál peor pueda parecer obvia, nunca te guíes por la cantidad de puntos en cada columna, guíate por tus preferencias, porque no todos los autores tienen los mismos objetivos ni están dispuestos a renunciar a según qué cosas.

Pros y contras de autoeditar

autoedicion

Pros y contras de autopublicar

autopublicacion

Pros y contras de coeditar

coedicion

Pros y contras de la edición tradicional

edicion

En mi caso,  tras probar suerte intentando publicar mediante la ansiada edición tradicional (hace diez años), con los rechazos propios de editoriales y con el interés de otras y que yo decidí rechazar (échale un ojo a la sección de «Experiencias editoriales«), decidí optar por la autopublicación. Pero mis experiencias no tienen por qué ser las tuyas de la misma forma que mis intereses no sean los tuyos. Eso sí, espero haber podido ayudar a despejar tu camino.

¿Y ahora qué?

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