¡Hola!
Hoy continúo la serie sobre los secretos del marketing para escritores hablando sobre las redes sociales. Pero no te voy a hablar de los trucos habituales para hacer un buen uso de ellas y “triunfar” (de esto ya hay mucho en Internet), ni tampoco de cómo vender tus libros a través de ellas (que de esto también hay mucho). Yo te voy a hablar de las pequeñas cosas a las que te aconsejo prestar atención tanto si quieres ser un actor principal como un mero espectador. Sigue leyendo y sabrás a qué me refiero.
Y como estoy haciendo esta serie de post siguiendo el funnel, debo decir que el uso de las redes sociales puede aplicarse en todas las fases para lograr objetivos diferentes, aunque no tanto en la fase de acción (compra).

En el caso de que quieras darte a conocer a través de las redes sociales, lo ideal es que hayas identificado a través de cuáles se mueve tu público objetivo, aunque, como ya expliqué en el post anterior, a veces el público objetivo varía más de lo que tenías pensado. Dicho esto, es interesante que conozcas el Estudio de Redes Sociales 2019 elaborado por IAB Spain que tiene por objetivo, entre otros, cuantificar la evolución de la penetración de las Redes Sociales y el perfil de los usuarios, así como entender su conocimiento y uso. Del informe de este año se extraen las siguientes conclusiones:
- Un 85% de los internautas de 16-65 años utilizan redes sociales, lo que representa más de 25,5 millones de usuarios en nuestro país.
- De los que sí utilizan las redes sociales, un 51 % son hombres y un 49 % son mujeres.
- La mayor franja de edad (un 39 %) se sitúa entre los 31 y los 45 años, frente a un 31 % entre 16 y 30 años y el 30 % entre 46 y 65 años.
- Whatsapp (sí, también es una red social) es la red con más usuarios. Aunque no existen diferencias significativas, Whatsapp está por encima de Facebook, que mantiene el mismo valor que 2018 (un 87 %). Por detrás están YouTube (68 %), Instagram (54 %), Twitter (50 %) y LinkedIn (23 %).
- En cuanto a los dispositivos, mientras el móvil lidera las conexiones de WhatsApp, Instagram, Twitter y Telegram, el ordenador lo hace en Facebook, Youtube y Linkedin.
- Instagram, Facebook y Twitter son las Redes con mayor conocimiento. Respecto al uso, Instagram, Facebook y Youtube dominan en el ámbito profesional.
Y ahora sí, vamos con el meollo.
Redes Sociales. Generando interés (pero sin ser pesados ni mentirosos)
Antes de comenzar con cada una de ellas, quiero hablar de la falsa relevancia de las redes sociales. Estas se han convertido en los grandes motores del tráfico en Internet junto a Google, pero que tampoco te vendan la moto. Frases del estilo a “Somos lo que significamos para los demás”, pueden ser tan perjudiciales como obsesivas para muchos, y más si hablamos dentro de las redes sociales donde la obsesión por los números es excesivo. Que sí, que de vez en cuando necesitamos escuchar lo que significamos para otros, pero eso, querido/a lector/a, no nos define. Tú eres tú y yo soy yo. En un mundo donde abunda el followback (sígueme y te sigo) y el follow unfollow (hoy te sigo y si no me sigues de vuelta en unos días, te dejo de seguir), pues qué quieres, las redes sociales no son precisamente el mejor ejemplo de la fidelidad de las personas ni de tu definición como persona.

Aunque Whastapp se considera una red social más (y como has visto, es la más utilizada), no solemos verla como tal. De hecho, la gente es cada vez más reacia a dar su número de teléfono (o por lo menos una servidora) al considerarlo algo mucho más personal que cualquiera de las otras redes donde la gente puede seguirte y punto. Con Whatsapp no. Con Whatsapp estás dando tu número privado y esperas que hagan un uso acorde de él. Lo que no te esperas (y aquí viene el secreto) es que la gente utilice esta vía para venderte sus libros o leas sus posts. Porque la gente lo hace y es muy molesto. Así que, por favor, deja de enviar un Whatsapp a tus contactos cada vez que publiques un post en tu web (o en otro lado) o publiques un relato o novela nueva, a no ser que te hayan dicho expresamente que puedes hacerlo. Ya tenemos suficiente spam en las otras redes sociales.
Deja de enviar un Whatsapp a tus contactos cada vez que publiques un post en tu web (o en otro lado)
Si quieres spamear con tus publicaciones sin que te respondan con el típico icono del pulgar arriba o los (falsos) aplausos, puedes crear un canal de Telegram, en el que tan solo los usuarios que disponen de privilegios de administrador pueden compartir contenidos, mientras que el resto se limitan a ser simples espectadores. Además, cuenta con la ventaja de que pueden unirse a tu canal sin tener que darte su número de teléfono. Vamos, que la elección de recibir mensajes de tus publicaciones es suya, no tuya. Otra ventaja de Telegram es que se pueden crear grupos como en Whatsapp, pero sin que aparezca tu número de teléfono.
Facebook es otra de esas redes sociales que algunos utilizamos de forma personal. Lo ideal aquí es separar lo personal de lo profesional. Si buscamos interactuar con otras personas del gremio y con nuestros mismos intereses, lo hacemos creando una página de autor en lugar de utilizar nuestro perfil personal (con esto evitamos revelar información personal, fotografías y contactos a gente con la que no tenemos confianza).
La mayoría de los grupos para escritores en Facebook se han convertido en “grupos spam”, es decir, los usuarios entran, sueltan su “publi” y se van sin interactuar con el resto
Además, una de las últimas actualizaciones de esta red social es la posibilidad de interactuar en los grupos de Facebook con tu página, por lo que puedes formar parte de varios grupos, en este caso literarios, en los que interactuar con otros autores y promocionar tus contenidos desde tu perfil de autor. Aún existen grupos muy buenos, pero la mayoría se han convertido en “grupos spam”, es decir, los usuarios entran, sueltan su “publi” y se van sin interactuar con el resto. En este punto, depende ya de ti valorar si merece la pena estar en ellos o no y cuánto tráfico se deriva de aquí al contenido que estás promocionando.
YouTube
Aquí lo primordial es llamar la atención desde el primer segundo. De hecho, los primeros 15 segundos son cruciales, ya que marcan la diferencia entre si el usuario va a ver el vídeo o no (especialmente si no es un seguidor tuyo habitual). Es más, las personas cada vez tenemos menos tiempo, así que cuanto más largo es un vídeo, más pereza nos suele dar verlo (una duración de entre 8-12 minutos es óptima).
Los primeros 15 segundos en un vídeo de YouTube son cruciales, ya que marcan la diferencia entre si el usuario va a ver el vídeo o no
Vamos, que si vas a hacer un vídeo de YouTube, ve directamente al grano, a nadie le interesa lo que has comido, que has tenido que ir a hacer la compra o que el periquito se ha escapado de su jaula; ni siquiera lo ocupado/a que estás en tu vida fuera de la cámara porque (he aquí un pequeño secreto de percepción) puede parecer que haces el vídeo más por obligación que por placer, y eso no gusta nada (a no ser que precisamente tu canal de YouTube se centre en contar tu vida, pero aquí estamos hablando de otra cosa).
Sin duda, Instagram es la red social con mayor crecimiento en los últimos años. La nueva figura del bookstagrammer es ya casi una institución propia en cuanto a las reseñas se refiere. Podemos encontrar feeds preciosos (por colores, temáticos…) que hacen que a uno/a le entren más ganas si cabe de leer más libros. Pero, a veces, también da la sensación de que hay más postureo que otra cosa (cogemos todos los cachivaches que tengamos por la habitación y lo colocamos al lado del libro que queremos recomendar). En ocasiones, el resultado es muy bonito y visual (que para eso Instagram es la red social que nos hace creernos fotógrafos profesionales), y siempre y cuando la decoración vaya a acorde con la temática del libro; pero en otras la decoración es excesiva y no solo el libro pierde protagonismo, sino que da la sensación de que no se lo han leído.
Poner en cada publicación el hashtag #influencer no te convierte en uno/a
Además, gracias a las stories puedes hacer de booktuber pero un poco más cutre, porque aquí no hay edición de vídeo (lo siento, pero los filtros de perritos, gatitos, corazoncitos y demás -itos no los cuento como edición de vídeo. Y no sé tú, pero yo cuando veo a alguien usando esos filtros, me lo salto). Y ojo con la duración. Recuerda que si en YouTube los usuarios no suelen ver vídeos que duren más de ocho o diez minutos, ¿qué te hace pensar que en Instagram es mayor o igual? Si eres de los que se pone delante de la cámara del móvil a grabar un vídeo e incluirlo en las stories, procura no pasarte con el tiempo.
Un par de cosas más:
- Poner en cada publicación el hashtag #influencer no te convierte en uno/a (si lo pones y luego no llegas ni a diez “me gusta” queda un poco triste, la verdad).
- De todos lo usuarios a los que sigue una cuenta, Instagram solo le mostrará el 30% de las publicaciones (el otro 70% se pierde), así que afina bien con los hashtag y añade la geolocalización, que al parecer ayuda.
El número de seguidores no define lo popular (o influencer) que eres (insisto, ni tampoco que esto te lo llames a ti mismo/a), es mejor que lo sepas cuanto antes. O sí te define, siempre y cuando lo demuestres. Me explico. ¿Sabías que existen “bancos de seguidores” que se pueden comprar al peso? (Inciso: no solo para Twitter, para Instagram, Facebook y YouTube también. ¡Ojo! También se pueden comprar Likes). Los seguidores se pueden comprar en diferentes cantidades y hasta por temática (que no te engañen aunque digan que son «seguidores reales» porque no lo son. Esa gente no te ha seguido porque le encanten tus tuits). Lo dicho. Que son muchos/as los que presumen de followers y luego no llegan ni a veinte interacciones en sus publicaciones (engagement bajo). La clave aquí es no dejarse llevar por las apariencias.
Lamentablemente, comprar seguidores es una técnica tan poco ética como muy habitual.
Una cosa que también se puede hacer es utilizar herramientas que te permiten identificar qué porcentaje de seguidores de una cuenta es falso. Todos los tenemos, es algo inevitable, y no es por elección propia. A veces se trata de usuarios inactivos que una vez te siguieron, pero ya no usan la cuenta (y estas herramientas las identifican como falsas), y otras son las típicas cuentas pirata que te siguen para ver si les devuelves el follow y luego a saber qué. El quid es saber cuánto de ese porcentaje es muy (pero que muy) alto. Lamentablemente, comprar seguidores es una técnica tan poco ética como muy habitual.
También puede darse otra situación, aunque menos exagerada. Cuando Twitter brindó la oportunidad de crear grupos a través de los mensajes directos (MD) o Instant Message (IM), también abrió la puerta a la “publicidad para todos”. ¿El precio? Retuitear los tuits del resto. Aquel tuit que compartas a través de esos grupos tendrá casi de forma inmediata diez, quince o veinte RT y “Me gusta”. Eso sí, tú tendrás que hacer lo mismo con el resto. Y si quieres generarte una “marca personal”, esta técnica afea tu feed.
Para finalizar, y hablando de “marca personal”, habrás oído que lo ideal en esta red social (y en prácticamente en todas), es enfocarlas a lo que quieres ser. Así que, si quieres ser escritor, debes tener un perfil de Twitter de escritor (también puedes tener otro personal). Pero esta es una afirmación con la que yo no estoy de acuerdo. ¿Por qué ese perfil de escritor tuyo es excluyente del personal? ¿Por qué no puede ser el mismo? En mi caso, que soy ambiéntologa y escritora, utilizo mi perfil de Twitter (no sé si de forma acertada o no) para hablar de ambas cosas: de temas ambientales, especialmente de agua, y de mi “vida literaria”. Y mi razón es sencilla: porque soy ambientóloga y soy escritora. Aprovecho y rescato este tuit de la cuenta Literurantes al que di respuesta:
¿Leer o escribir? ¿Ciencias o letras? ¿Invierno o verano? Por qué tiene que ser siempre una elección en lugar de ser un todo.
No dejes que te hagan creer que tienes que renunciar a opciones que te gustan.— Literurantes (@literurantes) October 8, 2019
Y hasta aquí esta segunda entrega sobre los secretos del marketing para escritores. Si te perdiste la primera parte sobre el público objetivo, puedes leerla aquí. Espero que te haya sido de utilidad.
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