En tiempos de reclusión y distanciamiento social como estamos viviendo en estos momentos debido a la pandemia del coronavirus, estamos siendo conscientes (al menos quiero pensar que la mayoría de la población así lo es) de qué bienes son esenciales en nuestras vidas: establecimientos de alimentación, productos y bienes de primera necesidad, establecimientos sanitarios, telecomunicaciones, la correspondencia, los servicios de suministro de agua y saneamiento, electricidad y gas… Entre ellos, el Gobierno, también incluyó en la lista la prensa y la papelería. Pero ¿qué pasa con los libros?
El libro, un bien esencial
Pese a que el comercio electrónico se mantiene y existe la posibilidad de adquirir libros tanto digitales como en físico (por ejemplo, a través de Amazon), las librerías se han visto obligadas a cerrar al ser considerada su actividad como no esencial, un hecho que pone en riesgo a la supervivencia de las pymes y micropymes del sector del libro, y que representan aproximadamente un 70 %.
Además, según el Análisis del Mercado Editorial en España: Comercio Interior y Exterior de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) con el respaldo del Ministerio de Cultura y Deporte, la facturación del sector editorial creció en 2018 por quinto año consecutivo, cuya industria alcanzó en total los 2.363,90 millones de euros (un 1,9 % más que el año anterior). De esta cifra, el libro tradicional facturó 2.244,92 millones de euros (un 2,04% respecto al año anterior) y, dentro del sector, las librerías y cadenas de librerías representaron el 53 % de la facturación (un 5,2 % más que en 2017).
La facturación del sector editorial creció en 2018 por quinto año consecutivo, cuya industria alcanzó en total los 2.363,90 millones de euros
Basándose en estas cifras, y alegando que la apertura de librerías podría cubrir al mismo tiempo «las necesarias garantías sanitarias como la necesidad ciudadana de entretenimiento o formación que el libro proporciona«, el Grupo Parlamentario Popular ha reclamado al Gobierno, con una Proposición no de Ley en el Congreso, que declare al libro como bien de primera necesidad. Con ello, propone la apertura de librerías con un sistema de encargo y recogida, y con las adecuadas garantías sanitarias que establezca el propio Gobierno. “Hay que señalar”, recalca el PP, “que no solo se trata de la industria cultural más importante, con 900 empresas editoriales, 3.260 librerías, 100 empresas distribuidoras y 8.000 puntos de venta a través de quioscos, sino que siempre supone una aportación positiva tanto a la balanza comercial como a la balanza de servicios”.
El IVA digital
Por otro lado, el Gobierno se planteaba bajar el IVA del libro electrónico y la prensa digital. Según informó la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, y cuyas declaraciones recoge Europa Press, la medida supondría, previsiblmente, bajar del 21 al 4 por ciento el IVA de estos productos.
El Gobierno plantea bajar el IVA del libro electrónico y la prensa digital
La decisión, según apunta el medio, formaba parte del acuerdo programático del Gobierno y ahora el Ejecutivo que, según Montero, piensa en aplicarlo ya para apoyar a los medios de comunicación, que «han visto sus ingresos mermados» de forma importante. Dicho planteamiento inicial, se ha aprobado en el Consejo de Ministros celebrado el 21 de abril, dentro de las medidas económicas y sociales incluidas en la crisis de la COVID-19. De esta forma, el IVA de los libros y la prensa en formato electrónico pasarán del tipo general del 21% por el cual tributan actualmenteal tipo superreducido del 4%.
Y como esta pandemia no entiende de ideologías políticas -aunque algunos quieran hacer creer que sí-, ¿qué te parecen estas medidas y propuestas?