¿Qué esconden las firmas de nuestros escritores y escritoras favoritos? ¿Por qué algunos ocultan su identidad tras un seudónimo? ¿Es elección propia o forzada por terceras personas?
El pasado 23 de julio, la también escritora Raquel F. Alcalá me invitó a charlar con ella en directo en su Instagram (puedes seguirla aquí) sobre las razones por las que un escritor o escritora escoge un seudónimo para publicar sus obras (incluidas nosotras). En una hora de charla, repasamos los casos más conocidos (tanto de épocas pasadas como la actual).
Por cuestiones sociales, comerciales o por vergüenza, en el mundo literario hay más seudónimos de los que crees. ¿Sabes por qué Jane Austen o las hermanas Brönte tuvieron que publicar bajo un seudónimo masculino? ¿Y Fernán Caballero? ¿O por qué J. K. Rowling o E. L. James optaron por la ambigüedad de las iniciales? ¿Son siempre mujeres las que han tenido que «esconderse» bajo un seudónimo? ¿O también hay hombres?
Sobre todo ello hablamos Raquel y yo en Instagram, cuya charla comparto contigo en El rincón de Yersey, mi canal de YouTube, y que también puedes ver en IGTV de Raquel (no la pierdas de vista, pues ha iniciado una serie de charlas literarias en su red la mar de interesantes).
Al final, lanzamos un par de preguntas a los espectadores que relanzo aquí:
- Si tuvieras que elegir un seudónimo para publicar tu obra, ¿cuál sería?
- Si ya tienes un seudónimo, ¿por qué ese y no otro? ¿De dónde surge?
¡Te leo en los comentarios!