La contribución de las mujeres al desarrollo humano y a la construcción del conocimiento se ha dado de forma continuada a lo largo de la historia desde la antigüedad. La desvalorización por una cuestión de género se ha dado —y aún se da— de forma tradicional y sistemática en las actividades culturales, científicas y académicas en todas las partes del mundo.
Es de sobra conocido -especialmente en el ámbito de la ciencia- cómo las mujeres han tenido que ver como su reconocimiento ha ido a parar a homólogos varones debido a su género, de donde nace lo que se conoce como Efecto Matilda. Enfocada a la ciencia, la campaña #NoMoreMatildas denuncia la falta de referentes femeninas en los libros de texto, lo que tiene un impacto en las aspiraciones profesionales de las niñas que, años más tarde, se traduce en una menor presencia en las carreras conocidas como STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Este hecho puede extrapolarse a la literatura. Un análisis de la ausencia de mujeres en los manuales de E.S.O (López-Navajas, 2011), señala que en todos los cursos de esta etapa educativa, existe una clara diferencia entre las referencias de hombres y mujeres en la asignatura de Lengua y Literatura, lo confiere «una importancia estratégica a la hora de transmitir una visión de mundo con unos determinados patrones sociales
e ideológicos». En concreto, con una 1.376 personajes (164 mujeres y 1.212 hombres) mencionados en los libros de texto de esta asignatura de tres editoriales analizados, un 12 % de referentes son mujeres. En 2018, Sonia Sánchez, profesora del IES Francisco Ayala de Hoyo de Manzanares, desarrolló un proyecto con sus alumnos en el que analizaron sobre la ausencia de las mujeres escritoras en los libros de texto. La conclusión del mismo fue que las referencias a mujeres escritoras en libros de texto de 3º y 4º E.S.O no llegaba ni al 7 %, reflejando que las mujeres no forman parte de la información relevante ni son protagonistas del relato general que transmite la enseñanza.
Estas preocupantes cifras revelan la falta de consideración social de las mujeres y su práctica exclusión de la visión de mundo que se traslada desde la enseñanza, además de fragilizar la situación social y perpetuar las desigualdades actuales.