Experiencia editorial (externa): Saludos desde California

Cuando abrí está web allá en 2009 por Blogger, nunca imaginé que personas de otros países me leyeran. Y es que esta es una delas grandes ventajas de internet, la de acercar a las personas que están lejos y la de dar la posibilidad de hablar (y ayudar si lo necesita) a alguien que está a miles de kilómetros de distancia.

9.212 kilómetros es la distancia que separa Madrid (donde yo estoy) de California (de donde es el escritor que se puso en contacto conmigo). A través de Instagram, el escritor Brian S. se puso en contacto conmigo en diciembre del año pasado y me pidió hablar sobre mi proceso de escritura. Acababa de escribir su primera novela en español y se había puesto en contacto con Editorial Seleer y ellos le habían dicho que les enviara su manuscrito, pero había leído mi experiencia con ellos y quería saber los pasos que tenía seguir.

Lo que yo le dije es que antes de enviar tu manuscrito a cualquier editorial, le recomendaba registrarlo en la Propiedad Intelectual de su país o en la de España (en función de la procedencia de la editorial). También le dije que una vez que lo hiciera, estudiara el mercado editorial para averiguar qué editorial se ajustaba más al género que había escrito con su línea editorial (soy de las que piensa que enviar el manuscrito indiscriminadamente solo es perder el tiempo y demuestra una falta de interés), y una vez hecho esto le dije que enviara definitivamente su manuscrito a quién se lo pidiera.

Asimismo, le aconsejé que leyera muy atentamente las condiciones de cada contrato que le llegase y estudiase si lo que le ofrecieran se ajustaba a sus intereses. Además, le indiqué que era conveniente que tuviera muy claro las diferencias entre contrato de edición, coedición y autopublicación, porque no es lo mismo una editorial que una empresa de servicios editoriales.

Aproximadamente un mes después, me envió una fotografía suya firmando el contrato con Ediciones Dauro, de Granada (España), y con quiénes nunca he tenido ninguna experiencia editorial. Me comentó que había estudiado el contrato con una abogada y que las condiciones eran adecuadas, así que a mí solo me queda desearle toda la suerte del mundo.

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La publicación de esta experiencia editorial ha sido autorizada por la persona que se puso en contacto conmigo.