Hace unos meses recibí un email en el que me pedían consejo sobre la búsqueda y el trato con editoriales para publicar un libro. Más concretamente, se trataba de un poemario y la autora había preparado un libro con ilustraciones incluidas.
Cabe decir que yo no he tratado nunca con editoriales que se dediquen exclusivamente a la poesía, así que mi primera recomendación fue que hiciera una búsqueda esas editoriales especializadas que estuvieran más recomendadas en Internet. Una vez hecha la búsqueda y marcada alguna de ellas como interesantes, recomendé que contactase con otros autores que hayan publicado con ellas, de manera que pueda tener opiniones sobre la experiencia de otros.
También me pidió consejo sobre la autopublicación, y ya sabes que soy una firme defensora, pero siempre recomiendo intentarlo con editoriales a no ser que se tenga claro que no quiere saber nada de ellas. Además, otra cosa que se debe hacer si nos planteamos en algún momento autopublicar, es revisar (y que otros revisen) el texto. Lo recomendable es siempre contratar a profesionales para la corrección y maquetación, pero todo depende de los objetivos y, sobre todo, de los recursos económicos.
Sabes que soy una firme defensora, pero siempre recomiendo intentarlo con editoriales a no ser que se tenga claro que no quiere saber nada de ellas
Un mes después del primer contacto, la autora firmó un contrato de cesión de derechos con una editorial que le ofreció unas buenas condiciones. Yo pude leer la parte de los derechos y las retribuciones que ella percibiría, y la verdad es que eran muy buenas. Como he comentado antes, la autora presentaba su poemario con ilustraciones incluidas (algo que no es habitual), así que lo que sucedió es que en ese contrato no existía una clausura para la ilustradora. Te explico: la autora había llegado a un acuerdo con la ilustradora de su poemario para el reparto de beneficios antes de contactar con las editoriales, pero no lo había comunicado a la editorial en cuestión que se interesó en su poemario. El problema en este caso está en que las editoriales ya suelen contar con su propio equipo de ilustradores y diseñadores gráficos, por lo que al final la ilustradora se quedó fuera del proyecto.
Tras esta consulta editorial, mi consejo es que cuando te ofrezcan un contrato para publicar tu obra (sea del tipo que sea), leas detenidamente todas las cláusulas del contrato para comprobar que todo lo que tú quieres está incluido en él, por ejemplo, que al profesional que ilustra tu libro, «lo pones tú» o que quieres que la portada lleve el diseño que deseas («El autor tendrá la última decisión en el diseño final de la portada» o algo así).
Espero que, como todas las demás experiencias editoriales que hay en esta web (tanto mías como externas), te resulten de utilidad. ¡Ah! Y por si te lo estás preguntando, no cobro nada por estas consultas 🙂
Gracias Yersey. Es curioso, porque había leído de ti algo así anteriormente, pero hoy (Que yo también me enfrasqué en un proyecto ilustrado) me queda mucho más claro. Y por supuesto, siempre he sido consciente de que si traigo un socio ilustrador, de ninguna manera puede quedar fuera. Saludos
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Hola Alejandro. En esta web puedes encontrar muchas experiencias editoriales mías :). La verdad es que a la hora de sentarse a hablar con una editorial hay que tener todo lo más atado posible (especialmente lo que te depende de ti) y, por supuesto, preguntarlo todo para que no se quede ninguna duda ni ninguna línea sin aclarar que más adelante pueda resultar ambigua. Muchas gracias.
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