Con motivo de mi cumpleaños (el día 25) me ha parecido idóneo compartir contigo cuáles fueron los libros que más me marcaron en mi adolescencia (de la que no guardo demasiados buenos recuerdos gracias al instituto), pero que, de alguna forma, me ayudaron a llevarlo mejor. Y, es que, soy de las que piensa que la lectura es mucho más una afición y en mi peor año de instituto (4º de E.S.O.), la literatura (y el profesor de Lengua y Literatura de ese año), fueron mi salvavidas. Tanto, que aquellos mismos libros se convirtieron en mis favoritos y hoy en día lo siguen siendo.
La máquina maravillosa, de Elvira Menéndez

La primera novela de ciencia ficción que leí (o al menos que recuerde) y muy recomendada para que los más jóvenes se adentren en el género y en la lectura en general. Esta es la sinopsis: «Este libro cuenta la historia de cuatro amigos que viven a finales del siglo XXI. Los adelantos técnicos son tan grandes en esa época que la vida es fácil y confortable, pero tremendamente aburrida. Un día, con la ayuda de un viejo inventor, los chavales consiguen una máquina para entretener a los padres y gracias a ella, todos descubren un mundo nuevo, lleno de aventuras y emociones«.
El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger

Di con él en el instituto y se convirtió en uno de mis libros favoritos. Creo que es porque, de alguna forma, y coincidiendo con mi peor época en el instituto, me sentí identificada con el personaje principal y maduré con él. Eso es lo que dicen de él en Goodreads: «Las peripecias del adolescente Holden Caulfield en una Nueva York que se recupera de la guerra influyeron en sucesivas generaciones de todo el mundo. En su confesión sincera y sin tapujos, muy lejos de la visión almibarada de la adolescencia que imperó hasta entonces, Holden nos desvela la realidad de un muchacho enfrentado al fracaso escolar, a las rígidas normas de una familia tradicional, a la experiencia de la sexualidad más allá del mero deseo«.
Rebeldes, de Susan E. Hinton

Este libro completa mi Top 3 de libros favoritos de toda la vida junto con los dos anteriores. También lo conocí gracias a mi profesor de literatura de 4º E.S.O. (en ese año del infierno). Así la resume Goodreads: Rebeldes es una de las primeras novelas que en los tiempos actuales trata sin tapujos la cuestión de la delincuencia juvenil. «Escrita cuando la autora contaba tan sólo dieciséis años y llevada al cine por Francis Ford Coppola, relata la aventura en que se ven envueltos un par de adolescentes de los suburbios de Nueva York a causa de la enemistad entre bandas. A raíz de una pelea cuyos motivos habría que detectar en las diferencias sociales y económicas, Ponyboy y Johnny tienen que huir sin ser verdaderamente culpables».
Los ojos del dragón, de Stephen King

Fue la primera novela de King que leí y creo que la escogí porque precisamente no es de terror. El libro me lo prestó una de mis tías, que tiene una gran colección de sus libros, y me gustó tanto que quise mi propio ejemplar. Esta es su sinopsis: «Flagg, el mago del rey Roland, quiere gobernar el país manipulando a los príncipes, pero el heredero al trono es Peter, un joven muy influenciado por la bondad de su madre Sasha (quien tiempo atrás asesinó Flagg sin que nadie se enterara). Flagg mata al rey Roland y culpa a Peter, quien es encerrado de por vida en la Torre de la Aguja. Tras cinco años de prisión, Dennis, Ben Staad y Naomi intentarán liberar al príncipe Peter, pero Flagg luchará contra ellos y un príncipe Thomas hará una aparición magistral en el último momento».
Fahrenheit 451, de Ray Bradbury

Mi gusto por las distópicas empezó definitivamente con esta novela de Bradbury, y lo que más me impactó de ella es su mensaje y la posibilidad de que ese mundo pueda convertirse en realidad. Esta es su sinopsis: Montag, el protagonista, pertenece a una extraña brigada de bomberos cuya misión, paradójicamente, no es la de sofocar incendios, sino la de provocarlos para quemar libros. Porque en el país de Montag está terminantemente prohibido leer. Porque leer obliga a pensar, y en el país de Montag está prohibido pensar. Porque leer impide ser ingenuamente feliz, y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza…
Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare

Uno de los primeros libros que leí sin que fuera una lectura obligatoria del colegio o el instituto (y el primero que leí de Shakespeare). No solo no me encantó, también hizo que me comprara toda la colección por fascículos del escritor y me atrajo al mundo del teatro, que luego hice durante el instituto. Retrata los acontecimientos que rodearon el matrimonio del duque de Atenas, Teseo, Hipólita. Estos incluyen las aventuras de cuatro jóvenes amantes atenienses y un grupo de seis actores aficionados (mecánicas), que son controlados y manipulados por las hadas que habitan el bosque en el que la mayor parte del juego se establece.