Tal y como decía en la primera entrega de esta serie, el marketing suele caracterizarse por dar vértigo y alergia a partes iguales a cualquiera que quiera vender algo (sí, también un libro). Eso sí, siempre que no se dedique a ello, claro. En ese camino del funnel de ventas hemos definido nuestro público objetivo, los canales a través de los cuáles vamos a llegar hasta ellos (incluido el email marketing) la USP y nos hemos fijado en la competencia, pero esto solo es el principio.

Todo ello ya debería ser (casi) suficiente para que nuestro funnel sea un éxito, pero teniendo en cuenta que, según los datos de 2019 sobre la edición de libros en Europa, los editores emitieron un total de aproximadamente 605.000 nuevos títulos ese año, afinar con las técnicas de promoción es todo un desafío. Por lo general, los escritores no somos muy amigos del autobombo (bueno, hay quién sí lo es), así que dar a conocer nuestros libros es un auténtico dolor de cabeza porque no hay una tecla correcta que haga funcionar el proceso: podemos utilizar técnicas de promoción que a otros escritores les han ido de maravilla y a nosotros no funcionarnos; o simplemente no llegamos a conectar con nuestro público objetivo porque las que utilizamos no son las adecuadas. Y son precisamente de estas sobre las que voy a hablar.
- «Hola, esto es un mensaje automático, pero quiero que parezca que no lo es»: tan clásico como el famoso «si me sigues te sigo, si me comentas te comento» del que ya hablaba en la segunda entrega de esta serie sobre las redes sociales. Lo que ocurre aquí es que enviar un mensaje automático así de primeras a quién te ha seguido, por ejemplo, en Twitter, y además hacerlo promocionando tus libros, es muy impersonal, por no decir que refleja un desinterés enorme hacia un lector potencial que podría formar parte de tu comunidad literaria.
Dar a conocer nuestros libros es un auténtico dolor de cabeza porque no hay una tecla correcta que haga funcionar el proceso
- «Hola, solo te presto atención cuando quiero venderte mi libro, pero no quiero que lo notes»: interactuar con tu comunidad es esencial para lograr ventas de tu libro; e incluso aunque no consigas vender uno solo de ellos, descubrirás que la comunidad literaria puede ser maravillosa. Lo que quiero decir es que esos mensajes privados que envías de forma masiva a tus seguidores no sirven de nada si el resto del año no interactúas nada con ellos.
- «Hola, este es mi libro y me gustaría que hicieras una reseña de él (aunque ni me he molestado en saber si aceptas este tipo de colaboraciones o si lees el género literario que te ofrezco): es un error de novel hacer una búsqueda entre las personas que sigues o te siguen en redes sociales para identificar a aquellos que hacen habitualmente reseñas de libros. Sí, sé lo importantes que son las reseñas de tu libro (y más cuando no te conoce nadie), pero no hay que tener tanto morro; porque esa es otra, no se te ocurra encima decir que tiene que pagar por el libro. Insisto, interactúa, interésate por tus seguidores y establece una relación desinteresada con ellos (créeme, el interés se huele a kilómetros).
Deja de pensar que le haces un favor a esa personas por dejarle tu libro gratis para que haga la reseña
- «Hola, tengo automatizado enviarte un mensaje cada vez que publico algo en mi web, pero como pone tu nombre, parece que no lo está»: una de las cosas que más recomiendan tener a un escritor es una página propia como esta en la que compartir sus reflexiones, publicaciones, etc. en la que también se habla, como no, del currículum literario. Existen los maravillosos botones de seguir (en esta web, en la parte superior de la columna derecha) que hacen que recibas un email con cada publicación, pero luego el autor o autora de dicha web también se ocupará de moverlas por redes sociales. Lo que ocurría antes (afortunadamente esta técnica se ha ido abandonando porque se notaba muchísimo la falta de interés mencionada antes), es que se programaba el aviso de la publicación en TODAS las redes sociales, con la cabecera adaptada al nombre de usuario. Y recibir el aviso una vez vale, pero por todas las vías es muy cansino.
- «Hola, ‘regalo’ mi libro a mis seguidores más fieles con un vale de Amazon para subir en el ranking, pero en realidad se lo he ofrecido a todos»: siguiendo la línea de solo interactuar con tus seguidores cuando te interesa, y sabiendo que poner tu libro gratis en Amazon no siempre es buena idea y no influye en el ranking, lo de ‘regalar’ un vale de Amazon para que con él tus seguidores paguen tu libro (esto sí cuenta para en el algoritmo, pues sería una venta real) y luego sorprenderte por haber escalado en el ranking es muy falso, lo siento. Vale que funciona y que por unos días tendrás cierta visibilidad en la plataforma, pero fingir que ha sido fruto de tu buena pluma es… en fin.
Cabe decir que somos libres de utilizar las técnicas de promoción que más nos convengan y nos encajen, y que los casos que he expuesto no tienen por qué ser malos si se trabajan bien. Pero hay que cuidar a la comunidad literaria y hay que hacerlo bien, preocupándose por sus intereses casi tanto como te preocupas por los tuyos.
Como el resto de lo que puedes encontrar en esta web, espero que te sirva de ayuda. ¿Qué te han parecido? ¿Estás de acuerdo? Te leo en los comentarios.