«A ver, mini Laura, que ese columpio es más grande que tú y seguro que te vas a caer y a hacer daño», fijo que me dijo alguien unos minutos antes de ese momento 😱.
¿Y qué hizo mini Laura? Pues subirse igual 🙄. Porque ante cualquier situación que nos encontremos en este viaje de único final que es la vida no hay que tenerles miedo; hay que mirarlas de frente y con respeto. Te la hayas encontrado tú por el camino, alguien la haya puesto para tí esperando a que tropieces o la hayas elegido tú para seguir superándote cada día, recuerda: de frente.
Porque la mini Laura de entonces y la no-tan-mini Laura de ahora tenemos algo en común: venir a este mundo a ser mejor que una misma cada día, no a ser mejor que los demás, y no para ser lo que los demás quieren que seamos, sino lo que nosotras queramos ser 🙃.