En tiempos de pandemia, la cultura ha sido la vía de escape para muchas personas. El acceso a contenidos culturales y de entretenimiento durante el estado de alarma ha tenido tal magnitud de importancia que ha constatado una vez más los creadores e industrias culturales son un sector estratégico para la economía y empleo en un país. Es por ello que, en España, el sector se encuentra en un momento decisivo para fomentar la importancia de la cultura y avanzar en la lucha conta la piratería digital.
De acuerdo al Observatorio de la Piratería y Hábitos de Consumo de Contenidos Digitales 2020 elaborado por la consultora independiente GfK a instancias de la la Coalición de creadores e industrias de contenidos, en 2020 hubo 5.239 millones de accesos ilegales a contenidos por valor de 30.892 millones de euros, lo que resulta en un perjuicio al sector de 2.416 millones. Si bien las cifras siguen siendo elevadas, la piratería digital experimentó en España otro descenso en cifras absolutas, que registran otra caída anual del 7% en el acceso a contenidos infractores.

La piratería de libros en 2020
En esta época de pandemia y confinamiento, los lectores habituales aumentaron y los libros se convirtieron en los grandes aliados para afrontar el confinamiento, sin embargo, según el Observatorio la industria del libro fue la más afectada con un porcentaje de individuos que realizan accesos ilícitos del 33 % (la misma de 2019), seguida por las películas (26 %), la música (25 %) y los periódicos (25 %). Sin embargo, de los 2.416 millones de euros de perjuicio al conjunto del sector causado por la piratería en 2020, los libros se sitúan como los cuarto peor parados con 240 millones de euros por detrás de la música, las películas y las series.

En 2020 se contabilizaron 581 millones de accesos ilegales a libros en internet, con un valor de mercado de 5.134 millones de euros (240 millones de perjuicio), de los cuales el 44 % de los accesos correspondieron a contenidos con menos de un año de antigüedad (57 % en 2019).
La industria del libro fue la más afectada con un porcentaje de individuos que realizan accesos ilícitos del 33 %
¿Por qué y cómo se piratean contenidos?
Entre los motivos que justifican el acceso ilícito a contenidos, cuatro de cada diez consumidores afirmaron “no saber distinguir entre las plataformas legales/ilegales”, mientras que el 54 % argumentó que lo hace porque ya paga por una conexión a Internet o televisión de pago. Además, aumentaron otras justificaciones como “para evitar pagar por un contenido que luego no me guste” y “porque no puedo acceder al contenido de otra forma, por ejemplo, versión original, con subtítulos…”, con un 61% y 37%, respectivamente.

Llama la atención las vías de acceso a estos contenidos ilícitos, donde las redes sociales han aumentado como medio (del 23 % al 27 % en 2020): Facebook (55 %), Youtube (39 %), Whatsapp (34%), Instagram (28 %) Telegram (25 %) o Twitter (24 %), lo que, a juicio de las industrias de contenidos hace inaplazable impulsar medidas para revertir esa situación. «Le pido al ministro de Cultura que haga un esfuerzo especial para detener la piratería de libros, periódicos, revistas y partituras que está proliferando en las redes sociales, tipo Facebook, y los servicios de mensajería, como whatsapp y Telegram», declaró Carme Riera, vicepresidenta primera de CEDRO.

La lucha contra la piratería
Finalmente, y en cuanto la lucha contra la piratería, casi ocho de cada diez usuarios consideran que la medida más efectiva contra los accesos ilícitos es que no se permita el acceso a estas páginas web, al tiempo que disminuye el porcentaje de personas que consideran efectivo desarrollar campañas de concienciación social (54 %). Asimismo, el 69 % ve eficaz sancionar a los proveedores de Internet, el 57 % apuesta por sancionar a los usuarios con multas y el 54 % apuesta por sancionar restringiendo el uso de internet a quién lo hace.
Son muchos los factores que intervienen en la piratería de contenidos culturales y detenerla no es tarea fácil, sin embargo, como en todo, revertirla está en mano de todos. Es por ello que, si has llegado hasta aquí, voy a pedirte algo: mis libros no están nada caros si los comparamos con el resto de libros de su género que se encuentran en el mercado editorial, pero si, por la razón que sea, quieres leerlos y no puedes pagar ni siquiera su versión en digital (que no llega a los tres euros), pídemelos. Prefiero ser yo misma quien te ceda una copia a que la adquieras ilícitamente mientras otra persona se lucra de mi trabajo.