Entrevistas

«A mucha gente todavía le choca eso de tener que pagar por un dibujo más de lo que pagarían por un batido»

La ilustración en la literatura es un puente entre la mente y los ojos; conecta la imagen con las palabras y empuja a los lectores a sumergirse en la historia. Pero, por desgracia, no siempre podemos conocer quién está detrás de esa portada que nos ha llamado la atención o de esa ilustración que querríamos enmarcar y colgar en la pared junto a nuestro escritorio como inspiración.

Esta ausencia de sus nombres en las cubiertas de los libros o, incluso, en los títulos de crédito, es lo que motivó un reportaje sobre la ilustración en el mundo literario y lo que propició que hablara con la invitada de hoy. Se trata de Libertad Delgado, también conocida como LiberLibélula, y cuyo talento es innegable (no hay más que ver su trabajo). En internet, Libertad está más activa en Twitch, donde dibuja en directo varias veces por semana, en Twitter, donde interactúa con la gente, y en Instagram, donde sube sus dibujos.


Libertad es una artista freelance y escritora de fantasía y romántica.

Me chivan por pinganillo que se reedita su novela El lamento de la sirena con Literup, y adivina quién ha hecho la portada.


¿Qué es para ti la ilustración? ¿Cómo la definirías?

No diré que lo es todo, pero sí es una parte muy importante de mi vida. La ilustración es, en muchas ocasiones, el puente entre la mente de una persona y los ojos del resto. Una ilustración puede informar, presentar conceptos, contar una historia o, simplemente, hacer bonito. Y eso de hacer bonito no es moco de pavo. El “bonito”, por mucho que se le critique en algunos círculos, te puede salvar el día y hasta la cordura. Así que yo creo que la ilustración (y el arte en general) son imprescindibles en cualquier sociedad. Sin arte, se nos atrofia el espíritu.

¿Qué requisitos consideras necesarios para ser una buena ilustradora?

Para empezar, lo básico: Teoría del color, proporción, anatomía, perspectiva, manejo del trazo y la mancha, conocer el trabajo de un porrón de artistas clásicos y contemporáneos y haber consumido muchísimo arte. También ayuda si llevas pintando ya unos cuantos años. Eso es lo mínimo para pintar “bien”. No de maravilla, sino “bien”. Como para que la gente quiera tirarte sus billetes.

Una ilustración puede informar, presentar conceptos, contar una historia o, simplemente, hacer bonito.

Ahora, para ser un buen ilustrador, también debes ser profesional. Los clientes necesitan saber que les darás aquello por lo que han pagado. Tienes que ser constante, formal, educado, además de paciente. No hagas esperar al cliente más de lo imprescindible. Si surge algún contratiempo que te obligará a tardar más, avísale cuanto antes. Si no tiene claro qué quiere, oriéntale. Si lo tiene muy claro, oriéntale también, porque es tu trabajo, pero no le impongas tu idea. Si ves que su encargo te va a volver loco, súbele el precio hasta que la ganancia compense el quebradero de cabeza (Trabajar de mal humor hará que te salga peor y ni tú ni el cliente saldréis contentos). Hazle muchas preguntas sobre su encargo antes de decidir un precio o un diseño. Y, por lo que más quieras… siempre que te sea posible, COBRA POR ADELANTADO.

¿Tienes algún referente?

¡Montones! Clásicos: William Adolphe Bouguereau, John William Godward, John William Waterhouse, Alfons Mucha, Iván Bilibin, Gustav Doré… Actuales: Enrique Fernández, Claire Hummel, Glenn Keane, Phobs, Matt Rhodes, Medusa Dollmaker, Ayami Kojima, Sam Hogg, Julie Dillon, Jodeeart, Hunter Bonyun…

¿Cómo es el proceso creativo? ¿Por cuántas etapas pasa el diseño antes de que sea definitivo?

Depende de la ilustración, pero casi todas tienen un proceso similar. Me centraré en los encargos de portadas, ya que son el ejemplo más común de mi trabajo:

Primero hablo con los clientes. Hacemos una sesión de brainstorming, donde ellos me cuentan de qué va la novela, qué estética tiene, a qué público va dirigida y qué sensación les gustaría transmitir. Les pido que me pasen referencias de otras portadas, en caso de que hayan visto alguna por internet que les guste, y les enseño yo ideas que han funcionado en otros libros del mismo género y que podrían pegar con el suyo, siempre dentro del presupuesto acordado.

Una vez tenemos más claro lo que buscamos, se hace el pago y yo empiezo con el boceto. Les voy enseñando cada etapa de la ilustración para ver si les gusta y darles oportunidad de señalarme si hacen falta cambios o correcciones. Suele hacerles mucha ilusión ver cómo se va creando la portada. Hago boceto, varias capas de línea sucia, y después línea pulida; luego doy color base, degradados, saco luces y sombras, añado efectos especiales y lo caso todo para que quede armonioso. Si al cliente le gusta cómo va, elegimos una tipografía y le pongo el texto necesario encima a la ilustración y les mando la imagen en el formato que me pidan. Y así hago una portada.

Luego, si el libro va a imprimirse, ilustro también la contraportada y el lomo y lo maqueto todo con Photoshop. A petición del cliente, lo he hecho para casi todos los libros que me han encargado. Es bueno tenerlos tanto en el mercado digital como en el físico.

¿Qué herramientas de trabajo utilizas para componer las ilustraciones? ¿Prefieres técnicas tradicionales o digitales?

Antes lo hacía todo tradicional. Mi herramienta favorita eran los lápices de colores o, si tenía que usar pintura, los acrílicos. Durante la carrera me fui pasando poco a poco al digital, y a los veintitrés años ya hacía las ilustraciones de principio a fin en el ordenador. Hoy día apenas dibujo a tradicional y, cuando lo hago, uso solo lápiz.

Para ser un buen ilustrador, también debes ser profesional. Los clientes necesitan saber que les darás aquello por lo que han pagado

Aunque todas las técnicas son estupendas y cada artista tiene su favorita, yo personalmente prefiero pintar a digital. No me ensucio, mis manos no pringan el lienzo, tengo todos los colores posibles a mi disposición y, si me equivoco, puedo enmendar el error a golpe de botón.

¿Qué género te gusta más ilustrar?

Por norma general, cualquier cosa fantástica me gusta. Si la mezclas con un poquito de terror, me encanta. Y si ya le metes algo de romance, tipo ilustración de pareja… se me va la cabeza. Soy la tonta de los cuentos de hadas góticos, qué le vamos a hacer.

¿Un estilo se basa o te encuentra?

El estilo es fruto de la mezcla de mil factores. Predisposición natural, la cultura en la que te críes, tus inquietudes personales, el nivel de estudios artísticos, las tendencias de tu época, la subcultura en la que te muevas, tus gustos personales, incluso tu carácter, todo influye en lo que al final se convertirá en tu estilo. Pero, para encontrarlo, primero tienes que pintar como loca, estudiar mucho y probar todos los estilos distintos que te gusten.

Bajo tu punto de vista, ¿cómo está valorado el trabajo de un ilustrador o ilustradora?

Depende. A mucha gente todavía le choca eso de tener que pagar por un dibujo más de lo que pagarían por un batido. Siempre habrá quien intente hacerte trabajar más de lo que has cobrado, pero con la experiencia (y tras varios disgustos) aprendes a quitarte de encima a los caraduras. Para filtrar a los malos clientes en su mayoría, basta con cobrar por adelantado y negarse a que te regateen o te hagan sentir culpable por cobrar lo que mereces.

Quitando eso, yo estoy muy a gusto en mi profesión. Mis clientes son amables y generosos, me miran bien, se van contentos y me recomiendan a sus amigos. Tengo un flujo constante de trabajo y, aunque no gano mucho dinero, me vale para pagar las facturas. No todo el mundo puede trabajar de lo que adora, así que me siento muy afortunada y agradecida. ¿Me gustaría cobrar más? Claro que sí, como todo el mundo. Pero no puedo quejarme.

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