Dado que el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer y que conmemora la lucha de las mujeres por su participación social en igualdad de condiciones a los hombres, es idóneo hablar de la desigualdad de género en la literatura.
La desigualdad de género en el sector literario es un problema que persiste a pesar de los avances realizados en las últimas décadas. Si bien es cierto que la presencia de las mujeres en la industria editorial es elevada, ya sean escritoras, editoras, correctoras, traductoras, ilustradoras y demás figuras implicadas en el proceso de publicación de un libro, en términos generales, si hacemos balance de la presencia de las mujeres en la literatura, estas continúan enfrentando barreras en su carrera literaria.
La mujer en la balanza de género de la literatura
Una cuestión de estereotipos
Hay muchas escritoras talentosas y prolíficas en España y las cifras indican que su presencia en la industria literaria es igual o superior a la de los escritores masculinos, sin embargo, la realidad es que no gozan de la misma visibilidad: reciben menor atención de la crítica literaria, son menos propensas a recibir premios y reconocimientos literarios de prestigio, y su representación es limitada en las listas de ventas y en las críticas literarias, esto último sesgado por una dominación de puestos masculinos en ese ámbito.
Todavía hoy existen ciertos estereotipos en torno a las mujeres y a lo que escriben que limitan su voz y alcance, de manera que quedan encasilladas en ciertos géneros y estilos literarios para mujeres. Algunos ejemplos son la escritora romántica (escribe sobre temas románticos y sentimentales); escritora confesional (revela detalles íntimos de su vida personal en su trabajo literario); escritora inestable emocionalmente (sus problemas emocionales y/o metales se reflejan en sus escritos); o la escritora feminista (escribe sobre temas feministas y su trabajo está marcado por una postura política).
Todavía hoy existen ciertos estereotipos en torno a las mujeres y a lo que escriben que limitan su voz y alcance
Para Eva Orúe, directora de la Feria del Libro de Madrid, cualquier estereotipo de género en la literatura debe erradicarse escribiendo, y si lo hacemos nosotras mejor: “Cuantas más perspectivas se incorporen, más ajustada a la realidad y, me atrevo a decir, a nuestros deseos será la representación resultante. Si dejamos que nos escriban, se perpetuará una visión sesgada; tenemos que escribirnos”. Y añade de manera muy acertada: “Basta de literatura de mujeres, aceptando como indiscutible lo que no es: que los valores e intereses masculinos son universales, y los femeninos solo nos incumben a nosotras”.
El camino ha llevado a generar unas percepciones de género en el que las mujeres a menudo se asocian con temas más sentimentales y personales, mientras que a los hombres se les asocia con temas más universales y amplios, lo que lleva a una valoración diferente de los trabajos literarios dependiendo del género de quién escribe.
La literatura femenina
Además de las propias escritoras, hay muchas personas dentro del sector que están trabajando activamente para promover la igualdad de género en la industria literaria. Algunas iniciativas incluyen el fomento de la participación de mujeres en concursos literarios o la creación de espacios seguros para que ellas compartan sus experiencias. No obstante, esto puede ser un arma de doble filo, pues podemos caer en el riesgo de fomentar una literatura exclusivamente de mujeres: la llamada literatura femenina, escrita por y para mujeres. «Hay que conseguir un equilibrio, visibilizar su labor, sin crear una nueva casilla donde las mujeres se reúnan para hablar como mujeres sobre cosas de mujeres ante un público compuesto únicamente por mujeres», apunta Eva Orúe.
Podemos caer en el riesgo de fomentar una literatura exclusivamente de mujeres: la llamada literatura femenina, escrita por y para mujeres
Eso sí, hay ciertas perspectivas o conflictos que solo una mujer sabe tratar: «Si el sintagma -la literatura femenina- sugiere una literatura que se ocupa de las mujeres, refleja su perspectiva, saca a la luz sus problemas, sus conflictos, entonces, desde luego, sí: hay novelas recientes, casi todas escritas por mujeres (pienso en Lucía Lijtmajer, Brenda Navarro…) que escriben sobre mujeres como (me temo) solo una mujer puede hacerlo, con el conocimiento que solo una mujer puede tener sobre determinados asuntos».
Un asunto de todas (las personas)
Como cualquier cuestión de género, parece que a los problemas asociados solo podemos darle solución nosotras. Nada más lejos de la realidad, Naciones Unidas señala en el ODS 5 Igualdad de género que «la igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible».
En el caso de la literatura, abordar los problemas de género es una tarea que requiere el esfuerzo y compromiso de múltiples actores: escritoras, desafiando los estereotipos de género a través de su trabajo literario y contribuyendo a una mayor representación y visibilidad de las mujeres en la literatura; editoras, promoviendo la diversidad y la igualdad de género en la publicación de obras literarias y en la selección de autoras y autores; periodistas y crítica literaria, creando crear conciencia sobre la desigualdad de género en la literatura y promoviendo la obra de escritoras subrepresentadas; académicas y organizaciones sin fines de lucro, llevando a cabo investigaciones y programas para abordar los problemas de género en la literatura española; y lectoras, demandando y promoviendo obras literarias escritas por mujeres.
En este sentido, es importante seguir trabajando para promover la igualdad de género en la literatura y garantizar que las voces de todas las personas, independientemente de su género, sean valoradas y respetadas en la industria literaria.