Cuando empecé a escribir el comienzo de la saga «Los Guardianes», allá por 2002, nunca imaginé que llegaría tan lejos. Estuvo muchos años en un cajón, solo para mí, y reconozco que no pensaba compartirla nunca. Quería que fuera algo mío y que al acabar cada novela fuera una prueba de que, si me proponía algo, podía hacerlo. Así que después de muchos cambios, algunos empujones familiares, caminos de tren Nuevos Ministerios-Alcalá Universidad, línea 7 de metro de Madrid, cientos de horas delante de un ordenador e incontables revisiones, aquí está.
Mentiría si dijera que cuando tomé la decisión de darla a conocer con intención de publicar la saga en un futuro, no he imaginado que se convertiría en un best-seller. Que tendría tal éxito que querrían convertirla en serie o en película. Soñar es gratis y las ilusiones, aunque altamente improbables, le hacen a uno esforzarse por lograrlo. Pero también mentiría si dijera que el hecho de escribir una novela se lleva bien. Estoy muy orgullosa de lo que he hecho y de todo lo que he aprendido hasta el momento gracias a esto, pero no puedo evitar tener la sensación de que no me toman en serio cuando hablo de lo que hago o de lo que hecho. Por suerte, siempre he estado rodeada de gente que ha creído en mí.
No podría estar escribiendo esto sin mi familia, quiénes me han apoyado en todo lo que me he propuesto. Gracias a mis amigos por animarme a seguir; a mi equipo Guardián (vosotros ya sabéis quiénes sois) por vuestras sugerencias, por haber aguantado mis dudas y momentos en blanco y haberme ayudado a salir de ellos; por los diseños gráficos, la web, las lecturas, las correcciones y el apoyo en redes sociales. Por todo ello, gracias.
Por supuesto, hago una mención especial a una de las personas más importantes de mi vida y a quién va dedicado este primer volumen de la saga: mi hermano Julio; mi mitad, mi ying, mi Hansel, mi Bart. Siempre juntos para lo bueno y para lo malo… y para todo lo demás.
No podía faltar mi agradecimiento a las editoriales. A las que la rechazaron y me empujaron a mejorar. A las que la aceptaron y yo rechacé, por haber querido darle una oportunidad. Y a las que me enseñaron que, si este mundo es un negocio donde, en resumidas cuentas, el propio escritor debe demostrar su compromiso con la sensación de que le están haciendo un favor por publicar su novela, mejor hacerse “autónomo”. Gracias a todas vosotras porque, sin pretenderlo, me empujasteis a dar este gran salto como es la auto publicación. Sé que al haber optado por esta opción mi novela no estará en las librerías, que la promoción no será igual y que tampoco firmaré ejemplares en una caseta de la Feria del Libro de Madrid, ni en ninguna otra. Pero al menos todo el proceso, desde que empecé a escribirla hasta el momento en el que le di al botón de “Publicar”, ha sido tal y como he querido que fuera.
Por último, dar las gracias a los lectores. Esto es por vosotros. A los que habéis seguido la historia de «Los Guardianes» y a mí desde el principio. A los que llegasteis después. A los que lo hacéis ahora.
A TODOS VOSOTROS, ETERNAMENTE GRACIAS.
Yersey Owen